Periplo noruego

domingo, 18 de marzo de 2012

"El tiempo pasa, lo aproveches o no"





Hay luces difíciles de explicar, ni siquiera es posible hacerlo con fotografías.

Cuando te quieres dar cuenta, la luz naranja del otoño que tienes tan presente todavía ya se ha muerto, olvidando los días más cortos y las noches más largas de mi vida. La luz blanca invernal se está retirando ya de las estrechas calles adoquinadas de Bergen. Sale el sol cada vez más a menudo (aunque esta semana no para de llover), y revela todos los colores que estaban agazapados en el invierno. De repente estamos con un pie en abril, en mayo vienen los exámenes y se termina el curso.

Miro el calendario y no me lo creo. Lo odio, lo aborrezco, lo descuelgo de la pared y lo guardo en el cajón.

¿Volver a España en verano, tal y como están las cosas, para matarme buscando un trabajo de camarera y, con suerte, consentir que me exploten por una miseria? Me cansa solo pensarlo. Sobre todo después de ver cómo se trabaja y cómo se vive en este país. El salario mínimo en Noruega son 3000 € por jornada completa. Los puestos cualificados, ni te cuento.

Y encima, leo cosas como este artículo, "Spanjol søker jobb", y "Atrapados en el norte" y me da por reírme... no sé quién es Carmen Pérez-Lanzac, autora de ambos, pero menos sensacionalismo y más documentarse. Que yo no habré estudiado periodismo pero vaya mierda de contraste de información. Sí, Noruega necesita gente para trabajar, sobre todo ingenieros, personal sanitario e investigadores. Gente formada, que si no han tenido la ocasión de aprender noruego (cosa normal), que al menos lleven un buen inglés y aprendan noruego en cuanto pisan este país. Ya no estamos en la época de posguerra, cuando había que levantar Europa y bastaba con que tuvieras dos brazos, dos piernas y buena salud para trabajar.

Soy consciente de que soy una privilegiada por poder estar aquí estudiando y tener unos padres que me apoyan y me mantienen, ya que el Estado no lo hace. Y cada día encuentro más contrastes entre mi país de origen y mi país adoptivo.

Sí, de acuerdo, algún día tendré que volver a "casa". Tengo una familia que me espera, unos amigos que me echan de menos en cada cerveza y en cada canción, un sobrino que pronto aprenderá a hablar y a caminar, y quiero estar allí para ver todas esas cosas. ¿La carrera? Sí, claro, eso también está en la lista, pero hay otras cosas que tiran más.

También tira mucho el querer seguir exprimiendo esta experiencia al máximo.

Hoy ha sido un gran día. Ha mejorado considerablemente después de mi pelea con el calendario, que parecía haber quedado en tablas, como si me dijera: "No me mires si no quieres, pero sigo aquí, y las hojas seguirán pasando". O como dice la madre de una amiga mía:

El tiempo pasa, lo aproveches o no.

He ido a la biblioteca pública de Bergen, donde he impreso quince ejemplares de mi CV. Había que pagar en el mostrador de la biblioteca, y ni siquiera me han contado las fotocopias. Esta gente no sabe lo que es la picardía.

Total, que mi curriculum tampoco es gran cosa. Chica estudiante de veintitantos, con cuatro idiomas, estudia en Bergen pero no sabe noruego, y apenas unos tres trabajos de experiencia en hostelería. Las hay a puñados. Sabía que iba a tener problemas por no hablar noruego, así que tendría que suplir esa carencia con otras cualidades: una gran sonrisa, mirada llena de confianza y seguridad, buenos modales, gracia y salero...

Así que me he recorrido las tiendas intentando no caer en esa actitud fatalista que nos entra a los españoles cuando, en nuestra ciudad natal, vamos echando curriculums. En todas han sido muy simpáticos, salvo en una en que el encargado no quería a alguien que no supiera noruego porque todo su sistema informático estaba en noruego. "Vale, no hablo noruego, pero sí puedo aprender rápidamente a manejar el sistema del ordenador". No le ha servido, así que le he dado las gracias y me he ido.

Finalmente, he encontrado una donde sí estaban buscando a gente para la temporada (que suele ser de mayo a septiembre-octubre). El lunes tengo entrevista.

Así, el primer día buscando.

Chúpate esa, calendario. Aún me quedan unos cuantos atardeceres que no me puedes quitar.



Continúa la música...


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